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Al Alma del Olivo, la biodiversidad a pie de campo

Al Alma del Olivo, la biodiversidad a pie de campo

Esta empresa familiar está dedicada a la elaboración y comercialización de Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) ecológico. La finca El Torrao se ubica en La Guardia, Toledo, y cuenta con 202 hectáreas de olivar. Desde 2017 es una de las explotaciones piloto del proyecto LIFE Food&Biodiversity, cuyo objetivo principal es integrar la conservación de la biodiversidad como factor de competitividad y como valor añadido para diferenciar producciones sostenibles y responsables.

Elena Martín Seseña. Redacción.

La pérdida de biodiversidad es uno de los mayores retos del siglo XXI. La conservación de esta no es solo un problema ambiental sino un requisito clave para asegurar la buena alimentación, los procesos productivos y servicios que garantizan una buena calidad de vida. La agricultura es un elemento clave para desarrollar paisajes complejos y diversos y, en definitiva, un factor en el que poner el foco cuando de conservación de la biodiversidad se trata.

Sin embargo, hay factores como los patrones de consumo en países industrializados y economías emergentes que viran a su intensificación, según apuntan desde la Fundación Global Nature (FGN), una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la protección de la naturaleza. “Una buena estrategia de conservación de biodiversidad contribuirá a mayores oportunidades de diferenciación en el mercado, valor añadido, satisfacción del consumidor y estrategias de aprovisionamiento más eficaces”, apunta Vanesa Sánchez, técnica de la FGN.

Desde 2017, Al Alma del Olivo forma parte de esta práctica que trata de mantener la diversidad de especies vegetales y animales que viven en este espacio comprendido entre los municipios de Almonacid de Toledo y La Guardia, y que están dentro de la Denominación de Origen Protegida (D.O.P) Montes de Toledo.

El proyecto LIFE Food&Biodiversity es una iniciativa internacional que trabaja para acompañar a agricultores y ganaderos con acciones e información práctica sobre las medidas que mejoran la biodiversidad, con el objetivo de fomentar la inclusión de criterios de biodiversidad en sellos, estándares o certificaciones del sector agroalimentario.

 
La propuesta de valor de Al Alma del Olivo

Clara Madrid, directora técnica de Al Alma del Olivo

La finca El Torrao se encuentra delimitada por varios espacios de la Red Natura 2000, entre la La Mancha y la meseta cristalina de Toledo, cerca de la depresión del río Algodor. La idea de cultivar olivos en esta explotación dedicada tradicionalmente al cultivo de cereal surgió en 2007 cuando se plantaron los primeros árboles y fue gracias al padre de Clara Madrid, directora técnica de Al Alma del Olivo, que compró la finca para fines recreativos.

Seguidamente, en 2011, Al Alma se fundó bajo una filosofía contribuyente y respetuosa con el medio ambiente y empezó a llevar a cabo el sistema de producción ecológico. “Hemos dedicado mucho tiempo y esfuerzo para desarrollar Al Alma, tanto desde el punto de vista de cultivo como de nuestra propia formación ya que fue un proyecto que empezó de cero y no procedemos del sector agrícola”, subraya Clara.

En 2016, movidos por la inquietud de elaborar su propio aceite de alta calidad, pusieron en marcha una almazara de última generación, en la que se molturan más de medio millón de kilos de aceitunas de las que se obtiene un aceite de oliva virgen extra con la certificación ecológica.

“Una vez que nos asentamos en la agricultura ecológica y terminamos nuestra almazara, decidimos empezar a trabajar con la Fundación Global Nature y los principios del proyecto LIFE Food & Biodiversity”, afirma Clara, añadiendo que gracias a la experiencia de trabajar en ecológico pudieron implantar fácilmente muchas de las medidas de mejora de la biodiversidad enmarcadas en el proyecto.

Cubiertas vegetales

“Con Global Nature emprendimos un nuevo camino en el que implementamos muchas más medidas favorables para la biodiversidad, y para el propio cultivo, de las que ya veníamos haciendo. La conservación de esta biodiversidad a través de la agricultura es lo que catalogamos como ecológico 2.0”, destaca Alberto, ingeniero agrónomo y asesor técnico de la explotación.

En esta línea, la finca olivarera utiliza la herramienta Biodiversity Performance Tool para analizar la evolución de la explotación y promover una mejora continua a lo largo de los años, mediante la evaluación de indicadores de biodiversidad.

Actualmente, Al Alma del Olivo destaca por integrar medidas de mejoras del suelo, con las que se intentan conseguir suelos más fértiles y vivos a través de la incorporación de restos de poda triturada incrementando la materia orgánica; suprimiendo el arado como labor de mantenimiento del suelo, por el mantenimiento de las cubiertas vegetales – espontáneas o sembradas; el mantenimiento de márgenes funcionales y bandas florales.

Todas estas medidas proporcionan un ahorro económico, la protección del suelo contra procesos erosivos y refugio de fauna útil como polinizadores y predadores de plagas; además del mantenimiento de refugios para especies animales clave en el ecosistema como conejos y perdices (majanos, comederos y bebederos), también con el objetivo de cuidar del paisaje y garantizar la continuidad de los espacios para la biodiversidad.

Bandas florales

La riqueza agronómica de la explotación está en el suelo. Por eso, el 70% de la fertilización que hacen es orgánica con estiércol procedente de explotaciones de ganado. En la finca, el estiércol distribuido por todo el campo se somete a un pretratamiento (compostaje) donde van a cambiar las propiedades físico-químicas de este obteniendo así una mejora en sus condiciones.

Según Alberto, en esta transformación que se realiza de manera natural y espontánea, se controla la temperatura y la humedad de los montones, volteándolos con maquinaria agrícola desde la parte interior hasta la exterior.

Alberto ha explicado que la diversidad de entomofauna en el entorno del olivar va a evitar la utilización de tratamientos frente a plagas, lo que va a favorecer primero al cultivo y después se verá reflejado en los costes de producción de la empresa.

Sin embargo, en el caso en el que detectaran cualquier problema de plagas o enfermedades utilizan tratamientos únicamente biológicos, admitidos dentro de la estricta norma de agricultura ecológica, como los utilizados, cuando son necesarios, en los tratamientos de plagas comunes como el prays y la mosca de la oliva en base a bacterias.

La otra afección local al cultivo del olivo es el repilo, que debido a las condiciones climáticas de la zona donde se encuentra no es grave ya que no hay excesiva humedad y el hongo no puede proliferar fácilmente. En este sentido, se trata de tener controlado este parámetro. Aun así, en el caso de que apareciera, en Al Alma de Olivo lo tratan con elementos minerales no de síntesis, entre los que está el cobre.

Nuestros olivares están totalmente integrados con la fauna y la flora local sin desvalorizar el ecosistema. La cantidad de animales en esta zona es mucho más alta que en otros sitios donde no están implementadas estas medidas”, destaca Alberto, añadiendo que una de las razones que también les llevó a trabajar con medidas que mejorasen la biodiversidad fue la posibilidad de diferenciarse aún más del sistema de producción ecológica tal y como se conoce en la actualidad.