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Nuevas tecnologías aplicadas a la gestión de explotaciones ganaderas

Nuevas tecnologías aplicadas a la gestión de explotaciones ganaderas

Las innovaciones tecnológicas también tienen su aplicación en las explotaciones de ganado vacuno. Con una gran implantación ya en las granjas lecheras, avanza de manera firme en las de orientación cárnica.

Sergio Santos López1, Aitor Fernández-Novo2 e Ismael Arias Puente3. Bovitecnia y UCM1; Bovitecnia y CEUCH2; Bovitecnia3.

Muchas de estas innovaciones están orientadas a mejorar la rentabilidad económica y en gran parte de las ocasiones lo que van a optimizar es el tiempo dedicado al trabajo o la toma de decisiones. Si unimos la mejora económica, con el ahorro en tiempo, la información y tranquilidad que aportan al ganadero, podemos afirmar que suponen una mejora en la calidad de vida de propietarios y trabajadores de las granjas.

Hace ya años que la innovación y las tecnologías entraron en las granjas de vacuno. Desde las primeras ordeñadoras mecánicas los avances han sido constantes. Es en los últimos tiempos cuando hemos conseguido un cambio verdaderamente radical. Aunque aún quedan explotaciones que por falta de capacidad económica o por la mentalidad empresarial del propietario que siguen funcionando como en los años 90, la gran mayoría han dado un cambio radical.

 

Beneficios de las innovaciones tecnológicas

Las innovaciones buscan aportar a la explotación tres beneficios fundamentalmente:

  • Mejora en los tiempos de trabajo y disminución de la mano de obra.
  • Aumento de la rentabilidad a partir de una optimización de los procesos.
  • Mayor acierto en la toma de decisiones al basarlas en nuevos y mejores datos.

Estos tres beneficios muchas veces van asociados unos a otros. Así, al automatizar un proceso de la granja buscando una mejora en tiempos, podemos conseguir a la vez ahorrarnos el sueldo de un trabajador, lo que mejora la rentabilidad. Y si además el aparato está conectado con nuestros programas de gestión dispondremos de más datos sobre el funcionamiento de nuestra granja.

 

Automatizaciones

Tanto en las granjas de vacuno lechero como en vacuno de carne la mano de obra suele ser después de la alimentación el principal gasto del negocio. Por ello conseguir automatizar con máquinas procesos que realizan personas, va a redundar en una bajada del importe económico destinado a personal. Si son tareas que realiza el gestor o propietario (como por ejemplo introducir datos en un ordenador), le permitirá limitar el tiempo dedicado a ellas teniendo así más tiempo para otras actividades (o mayor tiempo libre y mejor conciliación laboral y familiar). Quizás el emblema de las automatizaciones es el robot de ordeño.

Sin llegar a ese nivel en que todo el proceso de ordeño se realiza por máquinas, las salas de ordeño actuales tienen todas instaladas distintas automatizaciones: retirada de pezoneras, prediping, arreadores para la entrada a la sala, salida automática individual, etc. También suele ser muy interesante automatizar las tareas de alimentación. Así se pueden utilizar carros mezcladores y distribuidores automáticos de alimentos tanto para alimentos sólidos como líquidos (lactoreemplazantes). Como veremos posteriormente, muchas veces trabajan con una identificación individual del animal.

En los últimos años se está extendiendo el uso de arrimadores de la mezcla unifeed que funcionan de forma muy similar a las aspiradoras “inteligentes” tan frecuentes ya en los domicilios. Otra de las tareas que se pueden automatizar son la limpieza y desinfección de las instalaciones. Desde las partes más delicadas como todo el circuito de ordeño y los tanques de leche a las más groseras como la eliminación de estiércol con arrobaderas automáticas. Incluso el movimiento de los animales se realiza en parte de forma automática en muchas granjas. Las explotaciones lecheras medianas y grandes utilizan puertas de exclusión automáticas que dirigen a cada vaca a su patio o si es necesario a la zona de trabajo veterinario para tratamientos, inseminaciones, etc. Se utilizan también arreadores automáticos, barreras metálicas móviles que combinan sonido y descargas eléctricas para dirigir a los animales a la sala de ordeño o a otras instalaciones de la explotación. En vacuno de carne en extensivo, se están comenzando a utilizar drones para encontrar animales (por ejemplo, en pastos de montaña) y para conducir a grupos.

 

Sensores e información individual

Una de las principales innovaciones de los últimos años es el uso de sensores en los distintos procesos productivos. Hace años se comenzó a identificar de manera electrónica a los animales. Así con acelerómetros instalados en collares o podómetros, o mediante un sistema de antenas y el análisis informático de los datos es posible detectar qué vacas están en celo. Estos acelerómetros también se están usando, aún en una fase muy inicial, para detectar animales enfermos en los procesos de cebo y/o recría. La combinación de los acelerómetros con los datos que se obtienen de la sala de ordeño (producción, conductividad eléctrica, etc.) nos permiten detectar precozmente a las vacas enfermas.

La identificación individual también se utiliza en la sala de ordeño donde se usan para conocer a los mejores y peores productores, pero también para que salte una alerta ante una bajada brusca de la producción. En cebo se utiliza combinada con dispensadores automáticos de alimento y básculas. Las granjas de vacuno de leche y muchos cebaderos de mamones crean curvas de suministro de leche para optimizar el crecimiento de los terneros. Los collares con identificación electrónica permiten a la amamantadora preparar la ración justa para cada animal. Esta alimentación individual con alimento sólido está muy extendida en los testajes de las razas cárnicas y en investigación, en unión con pesadas de los animales. Poco a poco esta innovación se va extendiendo en cebaderos comerciales. La información que obtiene también nos permite detectar de forma precoz a los animales enfermos que no se han acercado a comer en las últimas horas.

Actualmente existen sensores que van más allá de la simple identificación. Disponemos de dispositivos que se ponen en la oreja, rumen, rabo u otros lugares de la vaca. Envían información sobre la temperatura, rumia, movimientos y otros indicadores que sirven para avisar al ganadero de que un animal está enfermo, está empezando el parto o hay un posible celo. Algunos de estos elementos disponen de sistemas de geolocalización, que permiten ver en una pantalla donde está cada animal. También recibir una alerta cuando una vaca se aleje del rebaño por acercarse el momento del parto o estar enferma.

Los sensores no sólo se utilizan en los animales. También en las instalaciones. Con cámaras térmicas se puede analizar las distintas partes de un cebadero para realizar mejoras en bienestar animal. En las naves de vacuno de leche, en la sala de espera o en el patio de secas, pequeñas estaciones meteorológicas nos permitirán medir el THI para hacer que se activen los ventiladores y duchas para controlar el estrés por calor. También medir la temperatura y humedad de las distintas zonas de la cama y que se bajen lonas automáticamente cuando llueve para mantenerla seca.

Aunque no es un sensor propiamente dicho, debemos incluir aquí como innovación tecnológica la utilidad de la genómica para seleccionar a los reproductores. En vacuno de leche disponemos de análisis genómicos que no sólo están destinados a caracteres productivos, sino que también nos permiten elegir a los animales genéticamente más resistentes a enfermedades (cojeras, masititis, infertilidad, etc.). Estas pruebas se pueden hacer a las terneras desde edades muy tempranas para decidir si se quedarán en la granja como reproductoras. Y también seleccionar qué madres se inseminarán con semen sexado para dejar su reposición y cuáles para obtener terneros para cebo. En vacuno de carne esta tecnología aún está en fase inicial, pero en pocos años podrá ser tan útil como en las lecherías.

 

Gestión de la información

Como hemos visto existen multitud de dispositivos que permiten tomar datos de los animales y de la explotación. Esa información no sólo sirve para realizar acciones con cada animal individual (inseminación, alimentación, producción, etc.) sino, que tras su análisis tenemos que ser capaces de tomar decisiones globales en la gestión de la granja. Lo que se conoce como big data.

Es básico utilizar programas de gestión de la granja tanto en vacuno de leche, como en nodrizas, como en cebo. Una de las razones es que permite tomar y almacenar los datos de una manera más rápida (p. ej con el móvil) o incluso automática (p. ej. desde la sala de ordeño). Pero la principal utilidad es que permite trabajar con ellos y tomar decisiones. Así, los datos de fertilidad individual de una nodriza nos pueden ayudar a tomar decisiones con ella, pero analizar los datos globales de la granja pueden indicarnos que hay un problema con el toro o un tipo determinado de abortos. La información individual es muy importante, pero poder llegar a conclusiones y tomar decisiones globales lo es más. Los programas informáticos pueden ayudarnos. Nos permiten calcular índices rápidamente y también realizan labores de “inteligencia artificial” como por ejemplo analizar los movimientos de una vaca para llegar a la conclusión de que está en celo. Nuestra tarea será tomar decisiones a partir de esos índices y ser capaces de relacionar unos con otros.

¿Merece la pena invertir en tecnología? Los datos que veíamos en la gestión de la información pueden darnos la respuesta. Antes de montar un costoso sistema de ventiladores y duchas para el estrés por calor es mejor medir el THI real en cada patio durante un tiempo. También podemos comparar lo que nos vamos a ahorrar por tener un empleado menos frente al coste anual de una costosa tecnología. O si tener un avisador de partos en nuestras vacas charolesas nos va a permitir una mejor conciliación laboral y familiar.

Las nuevas tecnologías aportan muchas mejoras a nuestras explotaciones, pero tenemos que ser capaces de elegir cuáles van a ser verdaderamente útiles para nosotros porque todas tienen un coste asociado. En la medida en que el avance tecnológico e industrial las vaya abaratando se aumentará su difusión, aunque siempre deberemos enfrentar el gasto que supone su adquisición y mantenimiento frente al beneficio que generan en la explotación.