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Agripurza cierra el ciclo cultivando maíz para obtener litros de leche

Agripurza cierra el ciclo cultivando maíz para obtener litros de leche

Gracias a su carácter emprendedor y autodidacta, Arturo Zanuy, responsable de la empresa Agripurza ubicada en Almacellas, Lleida, y agricultor procedente del mundo de la construcción, gestiona en la actualidad un total de 2.500 hectáreas de cultivo, entre las que se encuentran las 1.100 hectáreas de maíz dedicadas únicamente a la alimentación de su ganado. Un ciclo cerrado que le da mayor rentabilidad económica en su actividad agropecuaria.

Elena Martín Seseña. Redacción.

Agripurza es una empresa familiar de servicios agrícolas que se dedica a producir alimentos para animales. Ésta forma parte de una asociación empresarial atípica que lleva 25 años funcionando. Junto a ella está Selergan, una granja de 5.000 cabezas de ganado que cuenta con 2.800 vacas de leche en producción. Ambas empresas forman el grupo Exfagri. Un modelo empresarial diferente que nace en el año 1998 gracias a dos agricultores con inquietudes, entre los que se encuentra Arturo Zanuy, responsable de Agripurza y agricultor procedente del mundo de la construcción que tuvo que reconvertir su carrera.

El día a día le ha enseñado a ser agricultor, ha afirmado que su ambición personal y las ganas de conocer a fondo el sector agrícola le han ayudado mucho en su evolución. Reconoce que se pasa horas leyendo artículos y que se apunta a todos los cursos y viajes que puede. Incluso, ha “cruzado el charco” para aprender cómo mejorar sus cultivos de maíz y su cabaña ganadera.

“Hago estos viajes técnicos con el objetivo de encontrar más información sobre el cultivo del maíz en otras zonas productoras. Intentamos aprovecharnos del mayor conocimiento posible gracias a una industria privada más activa que dedica mucha financiación a la investigación. Todo ello con el objetivo de aumentar nuestras producciones y, sobre todo, de mejorar la calidad. Es muy interesante para nosotros visitar los centros de investigación, ver lo que se está haciendo en otras zonas e intentar aplicar estas experiencias en nuestras propias explotaciones. Es una ambición personal que desemboca en un beneficio empresarial” ha apuntado el agricultor de Lleida.

A la vez, Zanuy junto con un ingeniero técnico de la Granja San José colabora con la Universidad de Lleida, en investigaciones sobre producción de maíz para silo, con el objetivo de que se puedan tomar mejores decisiones en cuanto a variedades, densidades, etc. Y es que, aunque se ocupa de la producción, a Zanuy también le gusta estar dentro de la parte técnica, como ha declarado “se trata de aunar esfuerzos, saber hacia dónde vamos y cómo vamos a llegar a los objetivos marcados”. Su trayectoria lo demuestra, empezó gestionando 50 hectáreas y en la actualidad cultiva ya 2.500.

“Con el cultivo de maíz no solo buscamos más producción sino producción de leche. Estamos buscando litros de leche por hectárea. Para esto, tenemos que controlar todos los procesos y exigirnos a nosotros mismos mayor calidad de maíz para forraje” ha destacado Arturo.

Agripurza ha ido creciendo, en primer lugar, gracias a la inquietud de Arturo por aprender y, en segundo lugar, porque ha ido ligada al crecimiento de la cabaña ganadera de Selergan, que empezó con 100 vacas, proporcionándole la empresa Agripurza medio millón de kilos de maíz, a tener ahora 5.500 cabezas de ganado (2.800 en producción de leche), y proporcionando unos  48.000.000 millones de kilos de silo de maíz. Según ha explicado Arturo, este crecimiento se ha producido por una necesidad empírica de crecer y producir más para ser autosuficientes. “No solo ha sido un empeño personal sino también una necesidad de alimentar a tus animales y hacerlo con la mejor calidad posible” ha apuntado el agricultor.

“Cada vez más, nuestra empresa deja de ser una empresa de servicios agrícolas. Y es cada vez más una empresa dedicada a proporcionar el alimento a una industria láctea” ha comentado el agricultor. Y es que, una parte muy importante de su producción de maíz – con una producción media por encima de 16.000 toneladas de grano (14 % humedad) en forma de pastone – va destinada a alimentar esta cabaña de vacas.

Agripurza también tiene unos compromisos con la industria: producen forrajes para la alimentación de la cabaña y para la exportación, principalmente alfalfa. Según ha comentado Zanuy cultivan entre 600-800 hectáreas al año.

Más producción con menos hectáreas

El cultivo de maíz es intensivo con la doble cosecha. En la rotación de cultivos siembran un forraje de invierno que se distribuye entre raigras taliano, avena, triticale y veza, a los que sigue como segundo cultivo el maíz. También se hacen guisantes en verde para conserveras.

Cuentan con maquinaria propia para hacer todas las labores de manera eficiente con el objetivo único de ser autosuficientes y no tener problemas en la gestión de la producción. “Cuando practicas el  doble cultivo siempre vas al límite, por eso se necesita equipos preparados y autosuficiencia” ha declarado Arturo.

Como la explotación utiliza parcelas que están en 25 km a la redonda de Almacelles, los objetivos de rendimiento dependen de la capacidad productiva de la zona donde vayan a sembrar, tanto agronómicamente como climatológicamente. “Estos factores determinaran las posibilidades” añade el agricultor.

En cuanto a la fertilización, Agripurza, al tener las tierras arrendadas y en diferentes zonas, analiza el suelo cada tres años antes de sembrar, lo que le permite mantener un equilibrio entre las aportacions fertilizantes, la capacidad productiva y los nutrientes que aporta el suelo. De esta manera no utilizan un abonado generalizado y comun en todas las parcelas, sino que en función de las necesidades de cada zona deciden el abonado más adecuado.

Según Arturo, el objetivo de producción de maíz en grano cuando va detrás de forraje es de entre 15-16 t/ha , al 14% de humedad. En el caso de que la siembra se retrase hasta finales de junio esperan una cosecha de entre 13-15 toneladas.

“Me gusta controlar todos los parámetros y que en un máximo de 24 a 36 horas, desde que el maíz empieza a despuntar, tenga el 100% de maíz nacido. Considero que todas las plantas que nacen a partir de las 36 horas tienen un 20% menos de capacidad productiva. Por lo tanto baso el éxito en una buena planificación de la siembra, preparación del suelo y en una buena siembra, después en tener siempre al corriente información sobre las parcelas, base fundamental para una rentabilidad de la inversión que hago” ha declarado el agricultor.

Por otro lado, en esta zona y para este cultivo, lo ventajoso es la disponibilidad de agua. “Sin estas reservas de agua no podríamos cultivar maíz” ha destacado Arturo. Para el maíz necesitamos alrededor de 10.000 m3 por hectárea. Sin embargo para los cultivos forrajeros de invierno depende de las condiciones climáticas. El tipo de riego que utilizan es por aspersión, ya sea cobertura o en pivot. “En cultivos intensivos como los nuestros el riego por aspersión es la forma más adecuada porque se pueden controlar mejor todos los parámetros del cultivo” ha apuntado Zanuy.

“Sin embargo, en esta zona el maíz presenta el inconveniente del alto riesgo de virosis, que tienen como vectores varios insectos, que al picar la planta transmite virus que hacen que ésta deje de produir o reduzca mucho la producción. Por lo que a la hora de la elección de la variedad de maíz, tenemos que tener en cuenta la tolerancia a la virosis porqueesta ha causado grandes pérdidas a muchos agricultores” apunta Arturo. Por otro lado, un problema que Arturo ha encontrado ultimamente en su maíz, es la araña roja. El agricultor controla los daños con la aplicación de tratamientos fitosanitarios, pero concluye que es muy importante elegir bien la variedad: “nosotros cada año incorporamos variedades de diferentes empresas comerciales para probar su capacidad”.

El maíz es un cultivo económicamente muy demandante en insumos. Entre los costes de producción más importantes estaría el agua y el abonado. Nuestra ventaja con respecto a los demás agricultores, es el aprovechamiento de las deyecciones de nuestro ganado. Un producto que nos crea producción de leche, y que lo utilizamos en las producciones de maíz para aportar nutrientes al suelo. Un ciclo cerrado que utiliza los anàlisis de suelo para completar el abonado orgánico con el abono mineral, según la capacidad productiva de cada parcela.