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Aislamiento con mallas para luchar contra el virus de Nueva Delhi

Aislamiento con mallas para luchar contra el virus de Nueva Delhi

Gracias a su legendaria capacidad de adaptación y a grandes dosis de ingenio, el agricultor almeriense sigue sorprendiendo con nuevas soluciones a viejos problemas. Si la inmensa mayoría de los productores de cucurbitáceas en este país temen la llegada del virus de Nueva Delhi, hay un grupo de productores en el Poniente almeriense que han logrado burlar al virus con un original método de aislamiento que ya se está utilizando en más de 100 hectáreas de invernadero, aunque la superficie no deja de crecer debido a su sencillez y a los excelentes resultados obtenidos.

Armando García. Periodista.

Siempre se ha dicho que el agricultor de Almería tiene una innata capacidad de adaptación. En la década de 1950 fue capaz de sustituir las huertas tradicionales de subsistencia por suelos enarenados que dieron más producción, después cubrió las fincas con plástico para adelantar las cosechas y más tarde abandonó las antiguas acequias para comenzar a usar modernas redes de tuberías que permitieron la propagación del riego por goteo. Ahora, ha encontrado una solución contra el virus de Nueva Delhi.

Aislamiento de tela sellada con pintura en los puntos de contacto de la malla con los tubos del invernadero.

Aislamiento de tela sellada con pintura en los puntos de contacto de la malla con los tubos del invernadero.

Lo más sorprendente de este novedoso método es que no se fundamenta en ninguna innovación tecnológica, ya que su éxito radica en el uso de materiales sobradamente conocidos y que se encuentran al alcance de todos los agricultores. La novedad, realmente, está en la manera de usarlos. La malla anti trips blanca, con una densidad de 22 x 10 hilos/cm2, es el material protagonista en esta nueva estrategia biológica de lucha contra un virus transmitido por la mosca blanca (Bemisia tabaci) y que en los últimos años ha conseguido poner en jaque a las producciones de calabacín, melón o sandía.

“El método consiste en crear un invernadero de malla dentro del invernadero de plástico”, explica Jorge Sánchez, asesor técnico de Grupo Inver (a la izda en la primera foto) y uno de los promotores de este sistema. Con la malla anti trips se construye una estructura de aislamiento, completamente hermética, en el interior del invernadero. La malla está soportada por un armazón hecho con alambres, que están fijados a los tubos del invernadero. De este modo, se eliminan los puntos de riesgo habituales en cualquier invernadero, ya que la entrada de mosca blanca suele ocurrir por los pliegues de las ventanas, por los encajes de las canaletas de desagüe y los ajustes de los plásticos de cubierta, y también por pequeños agujeros o desperfectos imposibles de controlar en el film plástico que recubre el invernadero.

 

Aspecto interior que presenta la estructura de aislamiento con malla.

Con la colocación de la estructura interior de malla, la principal ventaja es que se eliminan todos los puntos de riesgo que son habituales en los invernaderos de la zona de Almería. No obstante, hay que poner especial cuidado en puntos sensibles, como en las juntas de la malla con los tubos. Esos puntos quedan completamente aislados del exterior con unas ‘juntas’ caseras fabricadas artesanalmente con tela de manta térmica sellada con pintura blanca. El resultado es sorprendente, y con medios técnicos muy sencillos el agricultor consigue un grado de aislamiento excepcional que le permite proteger a la cosecha del vector que transmite el temido virus New Delhi.

 

Especialmente indicada para ecológico

“Es una técnica muy eficaz y de bajo coste que evita la entrada de mosca blanca, así que es muy interesante para el productor ecológico porque si no hay mosca no hay que hacer tratamientos”, añade Jorge Sánchez, quien asegura que el doble aislamiento con malla permite sembrar en agosto sin aplicar químicos contra la mosca blanca.

Cultivo de calabacín ecológico plantado en febrero, protegido con la estructura de malla.

Cultivo de calabacín ecológico plantado en febrero, protegido con la estructura de malla.

Una de las fincas que ya utiliza esta técnica es la José Antonio García Molina (a la derecha en la foto superior), un joven agricultor ejidense que ha apostado firmemente por la producción de calabacín ecológico. Un simple vistazo al cultivo refleja la salud de las plantas. Un calabacín sembrado en febrero y que arrancará en julio. “Desde que lo sembré he hecho cero tratamientos, ni insecticidas ni fungicidas; así de fácil es resumir el éxito que he obtenido gracias al doble aislamiento con malla”, explica José Antonio García.

Dentro del invernadero, al principio de cada pasillo hay una toma de agua. “Es muy importante realizar periódicamente lavados con agua presión para que la malla esté limpia y no acumule restos de polvo. La limpieza es fundamental para no restar a la malla capacidad de ventilación ni obstruir el paso de la luz solar”, añade este joven agricultor, quien asegura que en ningún caso la colocación de la malla ha disminuido el volumen de producción. “Estoy muy satisfecho, he conseguido un rendimiento de 10 kilos/m2”, concluye.

Emilio José Fuentes extrema las precauciones en la entrada de su invernadero con la colocación de trampas adhesivas.

Emilio José Fuentes extrema las precauciones en la entrada de su invernadero con la colocación de trampas adhesivas.

Emilio José Fuentes López, otro agricultor de El Ejido, colocó el aislamiento de malla hace dos años en un invernadero de 9.000 m2. Recientemente, ha cosechado una impresionante producción de melón piel de sapo que ha vendido a una marca Premium con gran reconocimiento comercial en el mercado español. “De esta técnica, lo más positivo por encima de todo es que no hay mosca dentro del invernadero y eso ofrece mucha tranquilidad, aunque yo soy de los que no se descuidan y siempre me gusta estar vigilante por si acaso”.

En su finca, Emilio confirma que no ha notado pérdida de ventilación a consecuencia de la colocación de la malla. “La protección real la da la malla interior, así que no hay pérdida de ventilación porque puedes abrir completamente las bandas laterales y las ventanas cenitales, que no tienen protección y permiten el paso del aire y de la luz con total libertad”, añade Emilio.

La idea de un doble aislamiento interior no es nueva. Al parecer, el origen de este novedoso método se encuentra en la inventiva de un agricultor ejidense que comenzó a utilizarlo en su finca hace ahora unos quince años. El método empírico y el ‘boca oreja’ se han encargado de extender esta técnica por todo el campo, y ahora cada vez son más los agricultores que la utilizan.

Es justo reconocer que la técnica del doble aislamiento con malla no habría comenzado a extenderse por el campo almeriense sin la aportación de Jorge Sánchez, un inquieto ingeniero agrícola que se encargó de hacer un seguimiento exhaustivo de este método para confirmar sus beneficios antes de ofrecerlo comercialmente a los agricultores.

El perímetro exterior del invernadero también se protege con malla para dificultar el acceso de los insectos vectores de virus.

El perímetro exterior del invernadero también se protege con malla para dificultar el acceso de los insectos vectores de virus.

“Escuché hablar de esta técnica y me pareció una idea sensacional, después vinieron los ensayos de campo y los resultados finales permitieron ponerla a punto y recomendarla a agricultores que estaban teniendo graves pérdidas de producción a consecuencia del virus ToLCNDV”, explica el técnico de Grupo Inver, quien destaca la colaboración recibida de Criado y López, empresa fabricante de la malla y una de las más veteranas de la industria auxiliar de la agricultura almeriense.

“Es el futuro, el interés por esta técnica va en aumento y sigue creciendo la demanda porque es lógico que el agricultor quiera un grado extra de protección sin tener que gastarse una fortuna y ni estar obligado a proteger el cultivo a base de continuos tratamientos con productos fitosanitarios que ya nadie quiere usar en este campo”, asegura Jorge Sánchez de Grupo Inver.