Tras los primeros cuatro años del plan de sostenibilidad agrícola de Syngenta en nuestro país, el Good Growth Plan de Syngenta avanza en sus compromisos de sostenibilidad. En 2017 han aumentado en un 11% el número de agricultores incluidos en el plan. Se han aumentado las producciones o se ha mejorado la eficiencia del uso de insumos y, además, se ha reducido el desperdicio de frutas en un 32%, según cultivos. Se han aplicado también acciones en favor de la biodiversidad, como la creación de márgenes multifuncionales para potenciar la presencia de polinizadores en 25.267 hectáreas. Otro punto clave es la formación a los agricultores en Buenas Prácticas Agrícolas, que ya ha llegado a 6.660 profesionales de toda España.
Uno de los grandes retos del sector agroalimentario es trasladar a la sociedad que se puede alimentar a una población creciente de forma sana y segura y con explotaciones agrícolas sostenibles, que utilicen menos recursos y sean más eficientes. Para demostrar que este gran objetivo es posible, Syngenta lanzó hace cuatro años The Good Growth Plan, un ambicioso proyecto que marcaba seis compromisos de cara a 2020, en los que se incluyen aspectos como el aumento de las producciones, la mejora de la biodiversidad, la lucha contra el cambio climático, la reducción del desperdicio alimentario o la formación continua de los agricultores.
Aplicar un plan así en el campo no es nada fácil y conlleva la colaboración total de los técnicos y distribuidores de Syngenta, así como de socios externos, para conseguir que los agricultores de referencia en cada zona y cultivo se integren en el proyecto. El reto es tan apasionante como complicado, pero en cuatro años se ha conseguido a nivel global que más de 1.400 explotaciones de 41 países colaboren como fincas de referencia en The Good Growth Plan.
España, un buen ejemplo por sus resultados positivos
España es uno de los países de referencia de este proyecto gracias a los buenos resultados presentados para los primeros 4 años de aplicación de este plan (2014-2017), que hablan de un aumento de agricultores de referencia incluidos en el plan de un 11%. Es importante resaltar que no solo hablamos de aumentos de producción, sino que todo el proyecto conlleva una mejor utilización de los insumos agrícolas. La producción siempre está expuesta a condiciones climatológicas y de plagas que pueden dañar gravemente las cosechas, pero siempre se pueden utilizar mejor los recursos y ser más eficientes.
Así, por ejemplo, en el cultivo de la cebada, en 2017 se ha conseguido un aumento del 9% de la producción en las fincas de referencia y se ha mejorado en el uso de fertilizantes (un 37% más eficiente) y en la aplicación de producto fitosanitario (un 47% más eficiente). Para conseguirlo se apuesta por la introducción de nuevas tecnologías híbridas de cereales como es el caso de las nuevas variedades de cebada híbrida de seis carreras (Jallon, Zoo o Smooth) y nuevas soluciones para la sanidad de los cultivos con tecnologías mejoradas frente a las malas hierbas como el herbicida Axial Pro.
En girasol, sin embargo, se han mantenido prácticamente las mismas producciones (-1% en la última campaña), pero se ha mejorado mucho la eficiencia en el de inputs, gracias al uso de nuevas variedades como Kiara resistente a las principales enfermedades causantes de las pérdidas en el cultivo, el mildiu y el jopo.
Lo mismo ocurre en cultivos hortícolas como el tomate o el pimiento donde, aunque ha disminuido la producción en la última campaña, ha recuperado enormemente si la comparamos con la campaña anterior (+69% de producción en tomate y +36% de producción en pimiento). En ambos casos se ha mejorado la eficiencia del uso de fitosanitarios en casi un 50%. Para conseguirlo se ha trabajado con protocolos de Producción Integrada y se han planteado cambios a variedades más productivas y resistentes, como Caniles en tomate.
Por último, en frutales de hueso los resultados positivos se dan por un menor desperdicio de fruta en poscosecha, gracias a la utilización de productos como Scholar, Syngenta reduce hasta un 32% estas pérdidas de fruto tras la cosecha. También se ha mejorado con la puesta a disposición del agricultor de nuevas herramientas como Geoxe y Voliam Targo, que han conseguido combatir plagas y enfermedades limitantes de forma más eficiente.
Aumento de la biodiversidad y conservación del suelo
En los resultados positivos de The Good Growth Plan en España no sólo destaca el aumento de la producción y el uso más eficiente de inputs: la apuesta por “plantar biodiversidad” está siendo uno de los mayores logros de este plan.
Desde 2014 hasta 2017 se han conseguido aplicar acciones relacionadas con el fomento de la biodiversidad en nada menos que 89.159 hectáreas, que es una superficie muy importante. Solo en 2017 el aumento de estas hectáreas fue de un 20%, lo que demuestra que hay un interés creciente por este tipo de técnicas en apoyo del medioambiente. Entre estas acciones se encuentra la creación de márgenes y cubiertas vegetales multifuncionales en las parcelas como el refugio de polinizadores y fauna auxiliar beneficiosa para los cultivos.
Con respecto a la conservación de suelos, durante el periodo 2014-2017 se ha superando claramente, con un +109%, el objetivo marcado al principio del proyecto de hectáreas que aplican técnicas conservacionistas.
Es importante resaltar la implicación de multitud de colaboradores, tanto de grandes cooperativas y productores líderes en el sector en diversos cultivos, como diversas asociaciones y organismos del sector agrario. Podemos mencionar a grandes productores de tomate como Apis; grandes cooperativas como Cereales Teruel, que es proveedor de la multinacional Hero; bodegas importantes como Abadía Retuerta; cooperativas hortofrutícolas como Surinver; grandes empresas internacionales hortícolas como el Grupo G´s; o importantes empresas de servicios locales como la extremeña Rafael Barjola S.L., etc. Destacando la implicación de la distribución de Syngenta y organizaciones clave como Asaja Sevilla o la Asociación Española de Agricultura de Conservación.
Apuesta por la formación
Por último, es importante resaltar que otro de los pilares del plan es mejorar la formación de agricultores y técnicos en Buenas Prácticas Agrícolas, como la correcta aplicación de fitosanitarios o la calibración de los equipos de aplicación. Entre 2014 y 2017 se han formado a nada menos que 16.708 profesionales del sector y solo en el último año el incremento de personas formadas ha sido del 59%, confirmando el interés de distribuidores y agricultores por fomentar la formación continua en el sector.
Para Syngenta los buenos resultados de The Good Growth Plan son la clara muestra de que su apuesta de futuro es acertada y este proyecto está ya integrado en el ADN de la compañía. Un proyecto donde la palabra INNOVACIÓN, con mayúsculas, es el pilar fundamental del éxito.
Así, todos los lanzamientos que estamos viendo en los últimos años se enmarcan en alguno de los objetivos de este plan: soluciones fitosanitarias que aumentan la productividad; productos que alargan la vida de las frutas y verduras y evitan el desperdicio alimentario; variedades más resistentes a plagas que pueden llegar a reducir el uso de fitosanitarios, aprovechar mejor el agua y los nutrientes; etc. Innovación, eficiencia y sostenibilidad nos llevarán a conseguir el reto de alimental a más de 9.000 millones de habitantes que tendrá el planeta en pocos años.