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El primer invernadero con doble cubierta intercambiable es andaluz

El primer invernadero con doble cubierta intercambiable es andaluz

El primer invernadero del mundo con una doble cubierta intercambiable ha visto la luz en Andalucía, y más en concreto en las instalaciones que el Instituto de Formación e Investigación Agraria (IFAPA) tiene en el municipio almeriense de La Mojonera. En el corazón del “mar de plástico” se ha puesto a punto el mecanismo capaz de alternar a demanda dos materiales de cubierta diferentes, sin que ello modifique la estructura del invernadero.

Armando García. Periodista

Era un viejo reto tecnológico por superar, ya que hasta la fecha ninguno de los intentos llevados a cabo en diferentes lugares del mundo por desarrollar un mecanismo de cubierta intercambiable para invernadero había dado sus frutos, a excepción de una patente de los años 90 desarrollada por el IRTA, que no acabó de tener repercusión comercial, pero cuya filosofía ha servido de punto de partida para este nuevo prototipo. Algunos modelos basados en cubiertas retráctiles se comercializan actualmente en América del Norte, con visibles diferencias de concepto con respecto al diseño andaluz.

Suele suceder que los mejores inventos se basan en los principios más sencillos, y el caso concreto de este prototipo desarrollado por la empresa almeriense Gocarsa/NGS, IFAPA y el IRTA, en el marco del proyecto “Biogreen: Modelo Avanzado de Producción en Invernadero” es un claro ejemplo de sencillez y eficacia al servicio de la agricultura más exigente, y además aplicable en cualquier lugar del mundo.

El corazón del invernadero de doble cubierta intercambiable desarrollado en Biogreen es un innovador e ingenioso sistema de enrollamiento, similar al que podemos observar en los toldos automáticos, que se ayuda de un sistema de contrapesos para aumentar su eficacia. Todo ello, instalado en el menor espacio posible y sin aumentar innecesariamente el peso de la estructura con respecto a un invernadero que no tenga instalado este sistema.

“Uno de los mayores retos ha sido conseguir que el mecanismo fuera lo más sencillo posible para hacerlo asequible a la mayoría de los agricultores, por lo que ha sido necesario simplificar progresivamente el diseño inicial que en su momento patentó el IRTA y prescindir de costosos componentes”, explica Esteban José Baeza, el investigador de IFAPA que ha coordinado el proyecto. “Finalmente, hemos conseguido aunar sencillez y eficacia en su máximo exponente”, añade satisfecho.

 

Sistema automático

Operar el sistema es cómodo y sencillo. Desde una consola, sólo hay que girar el botón adecuado para que el motor eléctrico se ponga en marcha y suceda el milagro. En pocos segundos, la cubierta de plástico habrá desaparecido y habrá sido sustituida por otra cubierta de malla. O viceversa, siempre en función de las necesidades de producción, del cultivo elegido y de las condiciones climáticas.

DETALLE-MECANISMO (FILEminimizer)

Detalle del mecanismo

En cualquier caso, una de las ventajas más destacadas de este nuevo prototipo es que sirve para múltiples materiales de cubierta. “El mecanismo permite alternar dos materiales distintos, sean cuales sean”, añade Esteban José Baeza, quien asegura además que la instalación se puede llevar a cabo en cualquier tipo de invernadero de tipo industrial.

A punto de concluir los ensayos en la primera fase sin cultivo y puesto a punto el mecanismo, los datos recogidos son prometedores. El nuevo invernadero tiene un enorme potencial para ser utilizado en cualquier zona de producción agrícola del mundo, y en cualquier tipo de cultivo. Permite, por primera vez, disponer de las ventajas de dos ambientes de cultivo diferentes en el mismo invernadero, algo impensable hasta la fecha. Esto puede generar una serie de nuevas aplicaciones en cascada que abren nuevas posibilidades de producción, sea cual sea el nivel de presión de las plagas en cada zona.

“Este mecanismo es ideal, por ejemplo, para colocar malla de sombreo en producción de frutales, de flores y de ornamentales. Al mismo tiempo, es muy adecuado para la agricultura en zonas tropicales, donde sólo necesitan una cubierta de plástico durante los periodos de lluvia”, añade el coordinador del proyecto de investigación, plenamente convencido de que la enorme versatilidad de este nuevo invernadero, augura grandes posibilidades comerciales para el conglomerado de empresas que participan en este proyecto.

Biogreen también pone el punto de mira en zonas de producción con problemas de humedad. La posibilidad de retirar la cubierta de plástico y sustituirla por otra de malla tras un día de intensa lluvia facilitará que el interior del invernadero se ventile en tiempo récord. “Con esto, contribuimos a eliminar un importante problema de muchos agricultores, ya que el mecanismo que hemos desarrollado permite evacuar con rapidez toda esa humedad acumulada y, al mismo tiempo, evitar la aparición de enfermedades ocasionadas por la mala ventilación y la humedad persistente”, explica Esteban José Baeza.

 

Control integral de clima y riego

Pero Biogreen es un proyecto mucho más ambicioso y llega aún más lejos. Una cubierta intercambiable ha generado la necesidad de desarrollar todo un sistema automatizado para el control integral de clima y riego. Todo ello ha necesitado de la implicación de varias empresas de la industria auxiliar de la agricultura, que han respaldado de forma decidida la investigación.

La empresa Gocarsa está detrás del innovador mecanismo de enrollamiento, mientras que Prima-Ram se encarga de la puesta a punto del control automatizado de clima y riego en estrecha colaboración del equipo de Automática, Robótica y Mecatrónica de la Universidad de Almería (UAL). El grueso de los ensayos se están llevando a cabo en la finca experimental del centro IFAPA de La Mojonera, con la colaboración de otros grupos de trabajo como la Estación Experimental Las Palmerillas de Cajamar, el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) de Cataluña, y el Ciesol. El proyecto ha sido cofinanciado por la Agencia IDEA y la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA).

 

Producir en condiciones extremas

En el proyecto Biogreen se ha reservado una parte del invernadero para trabajar en el diseño de una estructura de cultivo semicerrada, con un sistema de climatización activa. Se trata de encontrar un modelo de invernadero adecuado para producir en climas áridos, capaz de generar en su interior unas condiciones confortables para el desarrollo de las plantas, aunque en el exterior impere un calor sofocante por encima de los 50º.

DIFERENCIAPLASTICO-MALLA (FILEminimizer)

Diferencia plástico/malla.

Soportar los rigores de los climas áridos más extremos del planeta será posible gracias a un nuevo sistema de enfriamiento de agua por absorción. Su funcionamiento se basará en   una nueva máquina de enfriamiento alimentada con agua previamente calentada a 90º con la energía procedente de un campo solar y con el apoyo de una caldera de biomasa, para garantizar la estabilidad en el suministro energético durante todo el año.

“Con esta estructura de climatización activa no es necesario abrir ventanas y se crean unas condiciones completamente independientes del exterior”, según el investigador de IFAPA. El que posiblemente está llamado a ser uno de los invernaderos para cultivar en los climas más extremos del mundo, cuenta con el respaldo tecnológico de la empresa CIAT (Montilla, Córdoba), encargada de diseñar los equipos necesarios para enfriar el agua y a su vez, enfriar/deshumidificar el aire del invernadero, además de calentarlo en invierno si fuera necesario.

Los responsables del proyecto Biogreen se encuentran ahora inmersos en el seguimiento y recogida de datos de los primeros ensayos con cultivo. Para empezar, se ha elegido una siembra de pepino en cultivo hidropónico que en breve arrojará las primeras conclusiones sobre su comportamiento.